- «La muerte de Gelba ha asestado un duro golpe a nuestro enemigo, pero de seguro otros se alzarán para tomar su lugar. Los terroristas se producen como insectos, y nuestra guerra contra ellos está lejos de terminar.»
- ―El Rey de Doan
En el periodo posterior a las Nuevas Guerras Sith, este individuo fue un miembro humano de la Casa Real de Doan que heredó el trono y gobernó el planeta durante la etapa bélica entre la familia real y la casta minera de Doan. En algún momento de su gobierno, el rey se casó y tuvo un hijo al que llamó Gerran. Cuando el príncipe heredero, ya adulto, contrajo una misteriosa enfermedad, el rey contrató a la sanadora Serra para que lo curara de su malestar. Después de que lo hiciera, Gerran se enamoró de ella y ambos se casaron, aunque inicialmente el rey se había opuesto a la unión.
Sin embargo, la guerra contra los mineros llegó a tal grado que los insurgentes comenzaron a atacar a los nobles de Doan. En un atentado, la líder de los mineros, Gelba, asesinó al príncipe en el momento en que se transportaba. La muerte de su hijo enfureció mucho al rey y a Serra, quienes declararon un exterminio implacable, aunque breve, de los mineros de Doan. Poco después, el Alto Consejo Jedi contactó al rey de Doan porque había recibido información de que los mineros habían obtenido unos artefactos del lado oscuro de la Fuerza y por lo tanto requerían del permiso del rey para ir a Doan y tomar los objetos. El rey accedió a la petición del Consejo Jedi, principalmente porque temía que sus enemigos pudieran obtener poderas armas destructoras.
Sin embargo, aunque el rey no lo sabía, la guardaespaldas de Serra, Lucia, había contratado en secreto a una asesina para matar a Gelba. La asesina también mató al emisario del Alto Consejo, un Caballero Jedi cereano llamado Medd Tandar, lo que provocó que las autoridades del Consejo Jedi creyeran que el rey de Doan había preparado el asesinato de su principal enemigo y que Tandar había muerto en medio de la confrontación. El rey envió a Serra al Templo Jedi de Coruscant para que negociara con los Jedi y los convenciera de que la familia real no había estado involucrada en el homicidio. Posteriormente, Serra reactivó la antigua Prisión de Piedra, que había sido abandonada por órdenes del rey, para retener al Señor Oscuro de los Sith Darth Bane. El rey no supo de esto hasta que la prisión se desplomó por su mecanismo de autodestrucción, lo que revelaba que Serra había traicionado a la familia real de Doan. Después, la misma asesina que Lucia había contratado mató a Serra, y el rey de Doan quedó como el único miembro viviente de la Casa Real de Doan.
Biografía[]
La realeza de Doan[]
Durante las Nuevas Guerras Sith, un noble descendiente de la familia real del planeta Doan heredó el trono y se convirtió en rey. La monarquía de Doan tenía varias costumbres que el rey tenía que preservar para gobernar, incluyendo reuniones constantes en la sala del trono con dignatarios y súbditos, y el hecho de que los altos miembros de la guardia real—encargados de proteger al rey directamente—eran los únicos que podían portar armas en su presencia.[2] El rey logró mantener su estilo de vida durante varios años y en algún momento se casó y tuvo un hijo al que llamó Gerran. Gerran creció y se convirtió en el príncipe heredero, ya que el rey no tuvo más descendientes.[2]
Años después, Gerran contrajo una horrible enfermedad que ninguno de los médicos del rey supo curar. El rey se vio obligado a recurrir a la sanadora Serra para que curara a su hijo. La misteriosa enfermedad resultó ser la peligrosa fiebre idoliana, y Serra pudo curarla exitosamente. Después, Gerran y Serra se enamoraron y tomaron la iniciativa de unirse en matrimonio; aunque inicialmente el rey se había negado a aceptar las nupcias, terminó permitiendo la unión. Sin embargo, Serra tenía su propia guardaespaldas, una mujer humana llamada Lucia. La nueva princesa pidió al rey que Lucia se uniera a la Guardia Real de Doan para que siguera siendo su protectora, pero el rey no lo permitió. Cuando Gerran intervino para que se cumpliera la petición, su padre cedió, y Lucia formó parte de la Guardia Real.[2]
La guerra con los mineros[]
- «Las políticas de nuestro mundo están bajo ataque. El apoyo de los rebeldes está aumentándose por la comunidad galáctica. Necesitamos aliados si queremos preservar el estilo de vida de Doan.»
- ―El Rey de Doan
En algún momento después de la guerra, la familia real entró en un conflicto fuerte con la casta minera de clase baja del planeta. Los mineros, liderados por una mujer llamada Gelba, acusaron de forma constante a la monarquía de Doan de tratarlos como animales y matarlos sin justificación.[2] La guerra se instensificó con el paso del tiempo, y Gerran le pidió a su padre que se diera la oportunidad de negociar con los mineros, pero, aunque el rey buscó la forma, no se presentó la ocasión.[2]
Poco después, Gelba y sus cómplices organizaron un atentado contra la vida de Gerran en el momento en que éste se transportaría en su aerodeslizador. Los rebeldes tenían la intención de capturar al príncipe para tenerlo como rehén, pero cuando trataron de tomarlo estrellaron su speeder y lo asesinaron. Esto enfureció mucho al rey y a Serra, que decidieron comenzar un exterminio atroz de los mineros de Doan.[2]
Posteriormente, un miembro del Alto Consejo Jedi contactó al rey de Doan para decirle de que había recibido información de que los mineros organizados de su planeta habían encontrado unos talismanes Sith muy peligrosos, y que necesitarían tomarlos y llevarlos al Templo Jedi, donde los resguardarían. Lo menos que el rey deseaba era que sus enemigos adquiriesen armas potencialmente destructoras, razón por la que accedió a la petición de los Jedi.[2] El Alto Consejo también le ofreció al rey mediar con los mineros para solucionar la disputa, pero el monarca sabía que eso sería muy difícil, principalmente porque en el fondo no lo quería. El emisario del Consejo era un Caballero Jedi cereano llamado Medd Tandar, que tenía pautado ir al lugar en que se encontraba Gelba, proponerle las medidas de negociación y negociar con ella para tomar los talismanes.[2]
Sin embargo, Lucia, preocupada por el estado en que Serra se sentía después de la muerte del príncipe, contrató a la asesina iktotchi conocida como "la Cazadora" para que encontrara a los mineros y los matara en un acto de venganza. Por supuesto que tales acciones iban en contra del rey, que no conocía el plan de la guardaespaldas.[2] La Cazadora logró encontrar a los mineros que se estaban reuniendo con Tandar, y los asesinó a ellos y al Jedi también.[2]
Posteriormente, las noticias del evento llegaron a oídos del rey, que fue informado por una patrulla de seguridad que encontró los cadáveres de los mineros y Tandar en la cueva en que se habían reunido, y de que tales acciones fueron obra de un asesino. El rey se enfureció muchísimo por los homicidios, además del hecho de que por obvias razones, el Alto Consejo creería que se había involucrado en el asesinato de sus enemigos.[2] La noche siguiente a la masacre, el rey llamó a Serra de sus aposentos para que se reuniera con él en la sala del trono. Serra y Lucia fueron con el rey, y después de que la guardaespaldas entregara su bláster a los guardias reales, el monarca se bajó del trono para hablar con Serra.[2]
El rey le habló a Serra de las muertes de los mineros que le había informado la patrulla de seguridad. La princesa se alegró por las noticias, pero notó que el rey seguía perplejo, y éste le dijo que también había sido asesinado el Jedi Tandar. A Serra no le gustaba la idea de que un Jedi fuera a Doan; el rey le dijo que el Consejo lo había llamado y le contó todo el trato que le había propuesto, a pesar de que siempre había tratado de apartar a los Jedi y al Senado Galáctico de la República de los asuntos en Doan, sostenía que como la guerra del planeta se ponía cada vez más cruenta, necesitarían aliados para poder preservar su estilo de vida. Serra comprendió el argumento del rey y le preguntó que si temía que los Jedi lo culparan de la muerte de Tandar, ya que se vería como que si el rey hubiese contratado al asesino. El rey le explicó que la muerte de Gelba significaba un gran golpe para sus enemigos y que lo más probable era que surgiera otro con el mismo poder, aunque sabía que el asesino no había actuado bajo sus órdenes, y molesto acusó a Serra de haberlo traicionado. La princesa se sintió ofendida y el rey le dijo que anteriormente se había opuesto al matrimonio de ella y de su hijo, y también que a pesar de realizar varios intentos por averiguar sobre su pasado no había logrado descubrir nada; y admiró su capacidad de mantenerse incubierta. Serra le dijo al rey que su pasado no era de importancia, y el monarca le confesó que la había admirado los últimos años, pues se había dado cuenta de que la muerte de Gerran le había afectado mucho. Entonces, Serra le propuso al rey que ella viajara al Templo Jedi de Coruscant, la capital galáctica, y convenciera a los miembros del Consejo de que la familia real no había tenido ninguna participación en el homicidio de Medd Tandar. El rey aceptó, y Serra partió a Coruscant tres días después.[2]
Vida posterior[]
- «Si lo hacía, su vida en Doan había terminado. El rey no tenía idea de que estaba usando la Prisión de Piedra para su venganza personal; si lo hacía, su secreto se vería expuesto. Las explosiones que destruirían el complejo harían temblar a toda la Rectoría Real en la meseta localizada cientos de metros arriba; todo el mundo iba a saber lo que había sucedido. El rey llegaría a saber que ella había puesto sus deseos y aspiraciones personales sobre los de la familia real. Sus acciones serían consideradas como alta traición: lo mejor a lo que podría aspirar sería desaparecer permanentemente del planeta.»
- ―Pensamientos de Serra antes de hacer colapsar la Prisión de Piedra
Después de que Serra hablara con el Consejo Jedi, la princesa contrató a "la Cazadora" para que capturara al Señor Oscuro de los Sith Darth Bane, y después lo encarceló en la Prisión de Piedra. Esa prisión había sido cerrada por el difunto padre del rey de Doan porque había sido utilizada anteriormente para retener a prisioneros políticos, por lo que el hecho de volver a abrir la instalación, que se encontraba debajo de la Rectoría Real era un acto de alta traición.[2]
Darth Bane logró escapar de su celda, y desesperada, Serra activó el mecanismo de autodestrucción de la Prisión de Piedra, lo que hizo temblar a toda la Rectoría, y que alertó al rey de la traición de Serra. Sin embargo, Bane huyó de la prisión, y la princesa se marchó de Doan y dejó su lugar en la Casa Real. Posteriormente, Darth Cognus—anteriormente conocida como "la Cazadora"—asesinó a Serra siguiendo las órdenes de Bane, y el rey de Doan se quedó como el último miembro sobreviviente de su familia.[2]
Personalidad y rasgos[]
- «Los Jedi recibieron información de que los rebeldes podían haber encontrado un conjunto de talismanes antiguos—objetos poseídos por energía del lado oscuro. El cereano fue enviado a investigar estos rumores y de ser ciertos, devolver los talismanes al Templo Jedi de Coruscant donde no causaran ningún daño.»
«Usted cree que los Jedi lo culparán por la muerte de Medd. Usted sabía que habían hecho contacto con los rebeldes; se verá como si usted contrató al asesino para que los siguiera hasta su escondite.»
«La muerte de Gelba ha asestado un duro golpe a nuestro enemigo, pero de seguro otros se alzarán para tomar su lugar. Los terroristas se producen como insectos, y nuestra guerra contra ellos está lejos de terminar. Tal lejos, de hecho, que el Senado no ha interferido en nuestros esfuerzos de purgar a nuestro mundo de estos criminales. Pero si llegaran a creer que usé a los Jedi para saciar mi deseo de venganza, no se quedarán con los brazos cruzados… ¡Pero este asesino no estaba actuando bajo mis órdenes! Esto fue hecho sin mi conocimiento o permiso… ¡una clara violación de la ley de Doan que podría costarnos todo!»
«¿Para eso me trajo aquí, Su Majestad? ¿Para acusarme de haberle traicionado?»
«Cuando mi hijo primero declaró su intención de casarse contigo me opuse a la unión.»
«Sí, Su Majestad. Él me lo dijo.»
«Tienes secretos. Todos mis intentos por descubrir la identidad de tus padres o de tu familia resultaron en nada. Tu pasado está bien escondido.»
«Mi pasado es irrelevante, Majestad, su hijo lo aceptó.»
«Te he estado observando durante estos últimos tres años. Pude ver que amabas profundamente a mi hijo, y pude ver que su muerte te devastó por completo. Con el paso de los años he llegado a apreciar varias cualidades que mi hijo vio en ti. Tu fuerza, tu inteligencia. Tu lealtad a nuestra Casa… Pero ahora mi hijo está muerto, y no puedo hacer más que preguntarte dónde están tus verdaderas lealtades.»
«Hice un juramento a la Corona cuando me casé con Gerran. Aunque ahora esté muerto, no sería capaz de deshonrar su memoria abandonando mis deberes.»
«Te creo. Aunque esto no me acerca en lo más mínimo a descubrir al responsable de este ataque.» - ―El rey de Doan y Serra